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La campaña supone una manera diferente de protesta para ambos grupos, que hasta ahora siempre habían optado por atacar los sitios webs de los objetivos que se fijaban, llegando incluso a apoderarse de información y publicarla.

La alianza entre Anonymous y LulzSec sigue su curso y ya han fijado el objetivo en su próxima víctima: PayPal. Ambos colectivos han publicado un comunicado conjunto en el que realizan un llamamiento al boicot contra el servicio de pagos ‘online’ PayPal.

Los ‘hackers’ no han apostado esta vez por un ‘ciberataque’, sino que han pedido a sus seguidores y partidarios que retiren sus fondos y cierren sus cuentas de PayPal como castigo por mantener congeladas los fondos de financiación de WikiLeaks.

PayPal, MasterCard o Visa, rompieron sus vínculos con Assange y Wikileaks y bloquearon los pagos hacia el portal tras la filtración de miles de cables diplomáticos. Esa acción provocó que Anonymous comenzara la ‘Operación vengar a Assange’, una acción contra todas las empresas que dieron la espalda a Wikileaks, que también alcanzó a PayPal.

Tras esa acción, la plataforma de pago en línea desbloqueó los fondos de Assange, algo que al parecer no ha continuado haciendo, lo que ha motivado el actual boicot en la#OpPayPal. En el comunicado, Anonymous y LulzSec aseguran que «PayPal continúa reteniendo los fondos de Wikilieaks, un faro de la verdad en estos tiempos oscuros».

Por ello, piden a sus partidarios que cierren sus cuentas, suban imágenes y expandan la iniciativa. Además, no han dudado en ofrecer una serie de alternativas para aquellos que decidan unirse al boicot.

La campaña supone una manera diferente de protesta para ambos grupos, que hasta ahora siempre habían optado por atacar los sitios webs de los objetivos que se fijaban, llegando incluso a apoderarse de información y publicarla. Ambos grupos han puesto el acento en este aspecto, recalcando que la batalla actual se realiza a través de medios legales.

Aunque todavía no hay cifras reales de cuanta gente se ha unido al boicot, el colectivo ha publicado en Twitter que ya han alcanzado los 20.000. Los ‘hackers’ han decidido atacar a PayPal en el ‘bolsillo’, y para dar muestras de ello están realizando un seguimiento de la caída de eBay en el índice Nasdaq.

Anonymous ha amenazado con más acciones en cuanto comiencen los juicios a los supuestos miembros del grupo detenidos en los últimos días. Por otro lado, un joven de 19 años fue detenido en en las islas escocesas Shetland (Reino Unido) dentro de una investigación internacional sobre los grupos Anonymous y LulzSec, informó Scotland Yard. Según Efe, el detenido utilizaba como mote ‘Topiary’ en la Red y se identificaba como portavoz de esos grupos.

Según la agencia británica de noticias PA, la policía está registrando además una vivienda en Lincolnshire, donde interroga a otro joven, de 17 años, por su posible relación con esta operación aunque no ha sido arrestado.

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Después de anunciar su alianza con Lulzsec, Anonymous convoca un ataque a Telefónica

Tan solo han pasado seis días desde que Anonymous anunciase que aceptaba la invitación de su homólogo Lulz Security (Lulzsec) para formar una coalición de piratas digitales que «abriese fuego» contra todo lo que se «interponga en el camino del progreso y la libertad» en Internet. Y de pronto Lulzsec ha anunciado que se disolvía. Ha tomado la decisión justo el día en que distintos grupos de ciberactivistas para algunos, ciberterroristas para otros, podrían añadir a sus trofeos de caza la ‘cabeza’ de Telefónica.

El pasado jueves varias plataformas en la red se hacían eco de la convocatoria para abordar durante este domingo la web del gigante de las telecomunicaciones por «su política de despedidos» y «la censura de la información». Que la compañía presidida por César Alierta hincase la rodilla ante este ataque masivo supondría el epílogo a una semana especialmente significativa en el escenario ‘hacker’. El lunes, Lulzsec anunciaba avances de Anonymous en la operación bautizada como ‘Antisec’. Horas antes, el mismo grupo había conseguido bloquear la página de la Soca -el FBI británico- mediante un ataque de denegación de servicio. Scotland Yard respondía el martes con la detención de Ryan Cleari, un joven de 19 años, acusado de orquestar este y otros sabotajes que han afectado a la CIA, el Congreso de Estados Unidos o Sony.

Como contrarréplica, Lulzsec conseguía el miércoles bloquear los servidores de dos páginas del Ejecutivo brasileño. En España la única operación policial contra Anonymous se saldó con tres detenciones, a los que la Policía identificó como «la cúpula» en el país. Los arrestados no se conocían. Solo habían contactado por Internet como hacen todos los que quieren sumar a estas organizaciones. Sus miembros son islotes inconexos que han formado en la red un archipiélago difícil de contar debido a la sencillez de reclutamiento. Para afiliarse a estos movimientos solo hace falta acceder a un chat IRC y un servidor concreto que es fácil de encontrar en cientos de foros. En definitiva que hay que olvidarse de esos piratasinformáticos con cerebros privilegiados capaces de teclear kilométricos comandos en el tiempo que un humano normal acertaría a escribir un puñado de líneas.

> Entente de ‘hackers’

Sin embargo, la sociedad entre estas dos organizaciones no se ha gestado en un ambiente de cordialidad. Durante los días precedentes, la tensión entre ambos fue algo más que latente. Lulzsec publicó unos mensajes un tanto crípticos en los que insinuaba que miembros de ‘/b/’ y de ‘4chan’ -una plataforma bastante utilizada por Anonymous- están detrás de las filtraciones a las Fuerzas de Seguridad. Tras atacar este reducto, los propios miembros de Lulzsec salieron a la palestra para desmentir una guerra dentro del mundo pirata: «Decir que estamos en guerra con Anonymous porque hemos atacado ‘/b/’ es como decir que estamos en guerra con Estados Unidos porque hemos pisoteado una hamburguesa».

Otra de las razones por las que sorprende esta unión es la distinta naturaleza de ambas formaciones: «Quien quiera ética que le vaya a llorar a Anonymous, los verdaderos lulzfans esperamos al día siguiente para reírnos». Lulzsec ha mostrado un tono burlesco en sus acciones, como si su único fin sería deambular por servidores de gobiernos, bancos y empresas para reírse de las grietas de seguridad. Por su parte Anonymous, que saltó a primera línea bajo el paraguas de Wikileaks, ha enarbolado la bandera de las libertades en Internet y ya ha puesto en el disparadero a organismos como la OTAN o el FMI.

Una vez rubricada la entente de ‘hackers’ ha aparecido un tercer sujeto, el grupo MNinja, que ha puesto en la picota a Lulzsec, asegurando que ha conseguido recopilar datos personales de sus miembros y haberlos proporcionado al FBI y a la Interpol entre otros, jactándose de haber desencadenado la detención del adolescente británico. «Parece que el glorioso jefe de Lulzsec ha sido detenido… Todo ha terminado ahora… esperen, ¡seguimos aquí! ¿A qué pobre desgraciado habrán cogido?», respondía el movimiento en tono burlesco. Además, aprovechó para negar las acusaciones que le señalan como los autores del robo de datos del censo británico ocurrido estas semanas.

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Dos expertos en seguridad informática explican qué son y cómo se llevan a cabo las estrategias colectivas para impedir el normal acceso a cualquier sitio web.

Hace unos días, la Policía aseguró haber detenido a la cúpula de Anonymous en España. Pocas horas después, la web del cuerpo era inaccesible. Estaba sufriendo un ataque DDos (Denegación de Servicio Distribuido) como represalia a las detenciones. Éste es sólo el último episodio de una lista cada vez más larga de sitios inutilizados temporalmente a causa de una estrategia que los expertos en seguridad informática Lorenzo Martínez (Security by default) y José María Alonso (Informática 64) nos ayudan a explicar.

Un ataque de este tipo se basa en «hacer peticiones simultáneas y lícitas contra un recurso de una organización desde múltiples localizaciones, a fin de intentar agotar los recursos existentes de lado servidor», nos cuenta Martínez. Por eso, las consecuencias de esta operación son tan importantes como lo sea el número de personas o máquinas implicadas en ella. Sólo puede detenerse parando uno a uno los ataques de los participantes, según Alonso, y «son las operadoras las que tienen las herramientas para hacerlo».

> Anonymous: a favor de Wikileaks y contra la Ley Sinde

Ambos expertos coinciden en que es muy difícil sostener cualquier web ante un ataque lo suficientemente fuerte. Hace algunos meses Twitter ya sufrió un episodio de este tipo que dejó a la plataforma varias horas sin servicio. Pero ha sido el surgimiento del movimiento Anonymous, y su papel activo a favor de Wikileaks o contra partidos e instituciones que defienden la llamada Ley Sinde, el que ha puesto de relieve lo que un conjunto amplio de usuarios puede conseguir de forma coordinada.

De hecho, una de las claves del «éxito» de ese colectivo ha sido la utilización de una herramienta ya dispuesta para cuyo uso no hacía falta mayores conocimientos técnicos. Es la versión más sencilla de esta estrategia y también la voluntaria. En otros casos, el sistema es más complejo e implica a ordenadores cuyo usuario no sabe que está formando parte de un ataque de este tipo, a través de lo que se denomina «botnets» (programas que «infectan» una máquina y que permiten su control remoto por parte de otra).

> Ataques anunciados

En este contexto, el uso de las redes sociales ha sido esencial para coordinar esta clase de estrategias. Sin ir más lejos, Anonymous informó a través de ellas que iba a realizar un ataque a cada una de las webs de los partidos políticos que apoyan la Ley Sinde, en un día y una hora concreta. Cuando se produjo, otras personas que no formaban parte del ataque intentaron entrar para ver si realmente las páginas estaban caídas, e involuntariamente aportaron su granito de arena en él.

En una circunstancia así, sólo el uso de servicios como Akamai (que tienen copias estáticas de la web distribuidas por muchas máquinas) puede dejar la web accesible, tal y como cuenta Martínez. Así lo hizo el PSOE, que en el ataque referido anteriormente consiguió mantener visible su página, aunque ésta estuviera inactiva. Lo que los internautas podían ver en ese momento era una mera copia.

Lo que queda por ver es si estas estrategias acabarán convirtiéndose en un nuevo activismo contra las medidas que intentan establecer alguna clase de control sobre internet. Lorenzo Martínez cree que «se encontrarán otros mecanismos de ataque» en caso de que se invente una solución técnica y fiable frente a estas acciones. Por su parte, José María Alonso piensa que «la persecución mundial a Wikileaks y la aplicación de la Ley Sinde les va a ir en su contra».

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